Esta nueva entrada está dedicada al aprendizaje de algunos
conceptos en niños no orales.
En nuestro trabajo diario, es habitual a encontrarnos con niños/as sin
lenguaje oral o con una oralidad
reducida, que van adquiriendo poco a poco
los objetivos que nos vamos marcando y
avanzan en sus aprendizajes.
Cuando llegó el momento de afrontar objetivos que creíamos
que obligatoriamente precisaban lenguaje oral, y, que
hasta ese momento sólo habíamos afrontado con niños orales, comenzamos a
plantearnos la posibilidad de que adaptando bien los materiales y teniendo muy
claros los objetivos a trabajar podíamos conseguir su adquisición.
Poco a poco hemos ido creando una serie de materiales, de
diferentes áreas, para ayudar a nuestros chicos a adquirir contenidos de mayor
complejidad.
En el área social, se
nos planteó la duda de cómo continuar avanzando en el aprendizaje del mundo
emocional. Algunos niños no orales adquirieron sin dificultad el reconocimiento
de emociones básicas y nuestro siguiente objetivo era plantearles la explicación entre las emociones y las
situaciones (emoción-situación).
La dificultad que nos surgía no era tanto en ver la emoción
si no en plantear apoyos para justificar dicha emoción dependiendo de la
situación planteada.
Es por eso, que a partir de las tarjetas de situaciones que
usábamos con los demás niños, comenzamos
a sacar diferentes opciones de posibles justificaciones, teniendo siempre en
cuenta que debían existir dibujos para justificar, con matices muy concretos, que hagan que el niño tenga que afinar mucho
en la justificación y que, a nosotros, nos permita comprobar bien que lo está
comprendiendo.
Este mismo material podemos usarlo en dos niveles de
dificultad distintos. Habrá niños que sean capaces de estructurar un poquito la
justificación usando una tira-frase y otros que colocarán la emoción y
justificación encima de la propia situación.
Situación-emoción justificando en tira-frase |
También podemos trabajar los estados físicos usando un
material totalmente visual. Para ello presentamos al niño, por ejemplo, los pictos de arasaac, que corresponden a
diferentes estados físicos (malito, cansancio, picor,…) y les ayudamos a relacionarlos
con diferentes situaciones que les proponemos de forma visual y clara. Para
comprobar que van asociando correctamente cada etiqueta a su picto
correspondiente, les pedimos al guardar
la actividad que vayan metiendo, por ejemplo en un bote, el picto que nosotros
nombramos (designación). Cuando el niño es capaz de realizar esta actividad sin
apoyo es importante generalizar este aprendizaje a diferentes materiales
(cuentos, otras láminas,…) para asegurarnos de su adquisición. Tras este paso
incluimos al niño los pictos de los estados a su propia carpeta de comunicación
y aprovechamos situaciones que surgen (está malito) para que empiecen a
expresarlos sobre sus propias vivencias. El fin último que nos proponemos es
que sean capaces de expresar lo que les pasa de forma espontánea.
Dentro del área cognitiva, más concretamente en la
habilidades matemáticas, también comenzaron a surgirnos dificultades con niños
orales a la hora de contar y adquirir la noción de cantidad. Muchos de ellos
nos sorprendían siendo capaces de contar y adquirir la cantidad del 1 al 5 pero
encontrando problemas cuando intentábamos subir la cantidad.
Tras muchas reflexiones al respecto nos dimos cuenta que
usaban su memoria visual más que la capacidad de contar para realizar
actividades de conteo hasta números bajos (1 al 5).
Para poder seguir aumentando la cantidad, comenzamos a usar un material que permitiera a
los niños no orales contar cosas, apoyándose de los números presentados de forma
visual.
Es un material que nos está dando mucho resultado y que nos
plantea nuevas reflexiones para poder llegar a adquirir las operaciones
básicas, por ejemplo las sumas sin llevada.
También hemos ido encontrando dificultades al abordar algunas actividades de comprensión oral, tanto en niños orales como no orales.
Al presentar a los niños actividades de comprensión de
consignas sencillas orales, como por ejemplo,
colorea el árbol (teniendo que discriminar entre cuatro o cinco objetos
diferentes) suelen realizarlas sin mucha dificultad.
Sin embargo al intentar complejizar las consignas orales,
introduciendo dos acciones diferentes (colorea/pon pegatina + objetos) o
pidiendo consignas del tipo colorea de azul el árbol, los niños precisaban
bastante apoyo para poderlas realizar.
Es por ello que empezamos a apoyar la consigna oral con un
apoyo visual de lo que estamos pidiendo y los peques comenzaron a realizarlas
con menor apoyo.
Y hasta aquí
la entrada de hoy. Esperamos que os sirvan los ejemplos de actividades que
hemos mostrado. Sobre todo, queremos dar
pie a un momento de reflexión sobre
lo que nuestros niños, no orales o con lenguaje limitado, son capaces de hacer si nosotros nos
estrujamos el cerebro un poco y les presentamos los materiales de forma super
visual.
Os aseguramos
que os sorprenderán gratamente.
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