Normalmente en
nuestras entradas hablamos de un objetivo y de ejemplos de actividades para
trabajarlo, en esta entrada lo vamos a hacer al revés, porque va dedicada a una actividad que creemos muy
útil para abordar diversos objetivos. Y esta completísima actividad es la de historias
o secuencias temporales.
En la entrada
“cocodrilo, bote, cocodrilo, bote…” ya hablábamos de ellas y dábamos algunas
pinceladas sobre cómo aprovecharlas para otras tareas. Y esto es lo que
queremos ampliar, porque es una actividad
a la que podemos sacar mucho partido y
nos ayuda a trabajar y conseguir algo primordial como es la generalización de
aprendizajes.
Varios de esos
objetivos ya los explicábamos en la entrada “Hagamos como si…” y estaban dentro del juego simbólico (la integración
y la planificación), pero hay muchos más:
Estructuración y narración:
Después de ordenar
una secuencia temporal, es un buen momento para que nuestro chico la cuente.
Para eso, le daremos apoyos, primero (si es necesario) construimos la frase que
acompaña a cada viñeta tal y como os contábamos en la entrada “Hablando,pasemos el día hablando” (primero le ayudamos a montar la frase con los pictos
y más adelante dejaremos que la monte solo), ajustándonos siempre al nivel de
estructuración de cada chico. Además, entre cada viñeta, podemos poner un apoyo
visual, como una flecha, que será el recordatorio para introducir el nexo de
unión. Nosotros solemos decir “después”. A parte del apoyo visual, también
podemos apoyar con el signo para que el chico lo nombre. Como todo apoyo, más
adelante, habrá que retirarlo, de modo
que nos narre la historia sin el apoyo visual de las frases y sin las flechas,
y, como siguiente paso, debería contarnos la historia sin las viñetas.
Responder a preguntas:
Una vez trabajada de forma estructurada la respuesta a preguntas ( un, dos, tres... responda otra vez), se puede generalizar su aprendizaje usando una historia temporal que nos dé pie a hacer tipos de preguntas diferentes.
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"¿De qué color son las flores?¿Cuantos niños hay?¿Dónde ponen las flores?..." |
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Emociones y
estados físicos:
Una vez más,
usaremos la actividad para generalizar aprendizajes. Si nuestro chico ya
reconoce las emociones (básicas o complejas) y estados físicos, podemos
encontrar multitud de historias en las que pueda decirnos cómo se siente y por
qué. En este caso os recomendamos la colección “Dime por qué” de Gloria López
Garzón de la Editorial GEU.
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"El niño está triste porque se ha caído" |
También podéis
echarle imaginación y crear vuestras propias viñetas.
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"La niña está contenta porque ha ganado la carrera" |
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Teoría de la
mente:
Una forma de
generalizar la comprensión de las vías de acceso al conocimiento es la de usar
distintas historias temporales en las que comprobaremos si realmente ha
interiorizado ese aprendizaje. Veamos un ejemplo:
Después de narrar
esta historia podemos hacer preguntas buscando si ha captado las nociones
mentalistas:
- “¿Por qué se ha
mojado la niña?” –“Porque el niño ha abierto el grifo”
-“¿Sabía el niño
que estaba ahí la niña?”- “no”
-¿Por qué no sabía
que la niña estaba ahí?- “Porque no la ha visto” “porque estaba de
espaldas”…
-“¿Quería el niño
mojar a la niña?”-“no”
Además es una tarea
muy útil para trabajar la capacidad de atribuir intenciones y pensamientos a
otras personas si sabemos elegir las historias adecuadas.
Tomando la misma
historia como referente vamos trabajando sobre las intenciones que tienen los
niños, qué quiere hacer el niño, para qué abre el grifo, que va a hacer la
niña, para qué coloca la toalla en el suelo…
Podemos
valernos de este tipo de historias para trabajar la comprensión de los símbolos
que se usan para representar gráficamente estados mentales y conversaciones. Si
nos fijamos en la siguiente historia podemos ver que hay bocadillos de pensar y
de hablar, podemos aprovechar para diferenciarlos y comprender a que situaciones corresponde cada uno de
ellos:
Si nos fijamos en
la primera viñeta veremos que el niño está pensando, porque si hablara las
niñas le podrían escuchar y ya no podría asustarlas.
Os recomendamos
para todos estos objetivos de Teoría de la mente los libros “En la mente 1 y 2”
de Marc Monfort e Isabelle Monfort Juárez de Entha Ediciones y las secuencias
de la marca Schubi llamadas “Y después ¿qué?”.
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Inferencias del lenguaje – Función
conversacional - Lectura comprensiva
Estas historias
tipo comic nos ayudarán a trabajar a nivel comprensión las inferencias del
lenguaje. Fijándose en la situación que
se da en la secuencia, el chico puede poner los distintos bocadillos (usaríamos
bocadillos recortables), eligiendo dónde encaja cada comentario o pensamiento y a qué personaje corresponde.
A nivel expresivo trabajaríamos
la función conversacional. Se trata de
plasmar lo que dicen o piensan los personajes de las historias. Una manera de
hacerlo sería que nosotros expresáramos lo que dice uno de los personajes y
nuestro chico propusiera los comentarios de otro personaje, así se crearía un
diálogo.
Hay chicos que simplemente precisarán que le
hagamos preguntas para conseguir ese diálogo y en otras ocasiones quizás necesiten
opciones.
En todas estas actividades en las que usamos
bocadillos también se estará abordando la lectura
comprensiva. Pero hay otra forma de trabajarla valiéndonos de una secuencia:
describiremos lo que ocurre en cada viñeta y el chico tiene que emparejar la
imagen con el texto; en un primer momento presentaremos el mismo número de tarjetas con texto que de viñetas pero, más
adelante, podemos complicar la tarea poniendo alguna trampilla (una frase que no pega).
·
Juego de
Roles:
Al igual que
representábamos las secuencias temporales con muñecos, también podemos enseñar
a representarlas siendo nosotros los personajes, como si fuéramos actores. Esto
es muy útil para que nuestro chico aprenda a mantener una postura corporal adecuada
a la hora de comunicarse, usar gestos, vivenciar y experimentar las vías de
acceso al conocimiento (si en la historia el niño está de espaldas y no ve que
lo que el otro hace, en la representación nuestro chico estará de espaldas y no
lo verá), establecer un diálogo y después representarlo. Una vez representada la historia es interesante intercambiarse los
personajes.
·
Imaginación:
Una forma
interesante para empezar a trabajar la función imaginativa con las secuencias
temporales es la de poner nombres a los personajes. Más adelante, o si el chico
hace esto sin problemas, puede imaginar cómo continuará la historia (podemos
apoyarlo introduciendo una tarjeta en blanco) o diferentes finales, para esto
le podemos apoyar mediante preguntas o con opciones para que él vaya eligiendo.
Y así poco a poco pueden ir surgiendo detalles espontáneos.
Muchas de las
imágenes que usamos las encontramos “libres” por internet, otras ya os las
hemos nombrado y, además, os recomendamos las secuencias de la marca Akros (las
tienen en fotos y dibujos) y los “Ejercicios temporales” de la Editorial CEPE,
S.A.
Esperamos que os hayan entrado ganas de trabajar con esta actividad y que os animéis a sacarle todo el jugo (estrujándola).